domingo, 8 de enero de 2012

UN ROSCÓN DE REYES RELLENO DE ILUSIONES

Cuenta una leyenda que en la época romana a finales de diciembre se celebraba "la fiesta de los esclavos y la del sol" que coincidia con el fin de la siembra y de los trabajos en el campo, periodo que los campesinos y esclavos tenían para descansar y reponerse del esfuerzo sufrido. Para ello eran obsequiados con unas tortas redondas en las que en su interior se escondían higos, dátiles, miel y un haba que significaba "prosperidad". Quien la encontraba era tratado como un rey durante ese día.
Fue en el siglo IV cuando la iglesia convirtió estas fiestas paganas en cristianas perdiendo todo el significado originario y pasando al olvido excepto en Francia donde surge "Le Roi de la Fave" (el Rey del Haba) siendo ya los niños los protagonistas de dicha celebración pero entonces el niño que encontrara el haba era mimado y agasajado con regalos. Sería años más tarde, coincidiendo con el reinado de Luis XV, cuando un cocinero de la corte elaboraría este dulce colocando en su interior un objeto de valor para obsequiar al rey que por aquel entonces contaba con 5 años. El niño quedó entusiasmado con el detalle y se encargó de promocionarlo por todo el país y cortes europeas. Fue su tío, Felipe V, quien introdujo esta tradición en España siendo en Cataluña donde empiezan a unar la tradición del haba con los regalos y el fin de las fiestas.
Actualmente, la persona que encuentre el haba tendrá que pagar el postre y por el contrario aquella que encuentre la figurita será invitado y obsequiado con una corona tal y como se indica en las tarjetas que acompañan a los roscones de reyes...

"He aquí el Roscón de Reyes
tradición de un gran banquete
en el cual hay dos sorpresas
para los que tengan suerte.

En él hay muy bien ocultas
un haba y una figura:
el que lo vaya a cortar
hágalo sin travesuras.

Quien en la boca se encuentre
una cosa un tanto dura
a lo peor es el haba
a lo mejor la figura.

Si es el haba lo encontrado
este postre pagarás
mas si ello es la figura
coronado y Rey serás."

Un buen Roscón de Reyes debe tener una gran esponjosidad y desprender un olor muy característico tanto cuando lo estás elaborando como cuando lo estás partiendo para saborearlo. Esto le viene otorgado por la mezcla de ingredientes que se emplean para su elaboración como son los huevos, la leche, el azúcar, la margarina, el anís, el agua de azahar, la harina, la levadura y la sal, también se pueden añadir otros ingredientes como las ralladuras de cítricos. Para mí todos los ingredientes son importantes pero un roscón sin agua de azahar desde mi punto de vista no es un roscón de reyes, es otra cosa.
Además de los ingredientes con los que se elabora un buen roscón otro punto muy característico es la decoración del mismo. Tradicionalmente se compone de fruta escarchada roja y verde como es la calabaza y las guindas las cuales representan las piedras preciosas que llevaban sus majestades los reyes de oriente en sus coronas y capas. También con trozos de naranja confitada que le otroga un aroma espectacular. Se culmina esta decoración con azúcar normal o bolado.
Ni que decir tiene que en su interior los roscones esconden un gran secreto además de grandes ilusiones en forma de figuritas entre ellas las más conocidas son un haba seca y un rey, estas dos son las primeras que introduzco en cada roscón ya que no deben faltar nunca.
Una muestra de todo lo comentado es...

El tradicional Roscón de Reyes
Elaborar un buen roscón no es tarea sencilla pero sí es muy gratificante. Nosotros elaboramos los roscones para el día y por encargo aunque siempre hacemos de sobra. Bien tempranito se empieza con la masa madre y cuando está lista se empieza con el amasado general introduciendo uno a uno los ingredientes anteriores. Una vez acabado el amasado se deja reposar la masa para a continuación ser pesada en las proporciones adecuadas.


Una vez dividida la masa, se introducen las figuritas correspondientes en cada roscón, procuramos que sean bastantes porque sabemos que aunque el roscón se lo coman los mayores les hace igual de ilusión ir desmenuzando poco a poco y con cuidado cada trozo para ver que les ha salido.


A continuación se decora como he explicado antes con frutas escarchadas y guindas. Cada tamaño es adornado con una decoración diferente. Después se deja reposar un tiempo más hasta que la masa ha cedido y ha cogido su forma final. En el momento de entrar al horno se pinta con huevo y se le echa el azúcar.


Cuando el roscón sale del horno es lo mejor de todo y es cuando olfateas el aroma que desprende en caliente cuando te das cuenta que todo el trabajo que has realizado vale la pena porque este momento es un espectáculo.


Ofrecemos varios tamaños desde el tamaño de 300 g hasta el de 1 Kg dependiendo de la gente invitada para la ocasión. Pero siempre contamos con un encargo muy especial pues a esta familia le gusta celebrar la noche de Reyes a lo grande, nunca mejor dicho, y siempre nos encarga que elaboremos un roscón de 3 Kg. Os puedo decir que esto es una pasada, todos los pasos que os he narrado anteriormente pero a lo bestia, como os digo es una espectacular pasada.

A esta familia le encanta levantarse al día siguiente y desayunar chocolate con roscón...
 
Para que os hagais una idea de lo grande que era


Aunque antiguamente se rellenaban "las tortas" con higos, dátiles y miel en la actualidad, cuando queremos disfrutar de un buen roscón podemos encontrar los rellenos más variopinto, como estos...

Con el tradicional relleno de Nata
Con la archiconocida Trufa
Con la famosa Crema Pastelera
Con el típico Cabello de Ángel
En un Roscón se esconden multitud de ilusiones como anécdota os contaré una historia... Este año hemos contado con la presencia de dos personitas, una de 6 años y otra de 9 para pasar con nosotros los días 5 y 6 de enero. Iván, el pequeño, tenía una tremenda alegría en su cuerpo y se pasó toda la tarde del día 5 viendo por televisión la espectacular cabalgata retrasmitida desde Madrid y no paraba de hacer preguntas y de asombrarse sobre cada imagen que veía por la pantalla mientras le respondiamos a sus curiosidades. Después asistieron a la llegada al pueblo donde vivimos de esos mismos reyes que había visto por la tele y cuando ya nos volviamos a casa nos confesó muy triste que él no había escrito carta a los reyes y que si aún le daba tiempo... Su padre le dijo que si deseaba una cosa con fuerza y ganas que pidiera un deseo a lo que el niño lo miró pensativamente y qué imaginais que hizo el pequeño Iván? Pues esa misma noche les hice chocolate para degustar el roscón y casualmente en su trozo se hallaba la figurita del rey, cuando la vió por lo visto una luz se encendió en su interior y nos quedamos atónitos cuando la cogió con la mano, se la puso frente a frente y le dijo "No te he escrito para decirte lo que quiero pero Rey Baltasar me gustaría que me visitaras esta noche". A continuación la dejó en la mesa y siguió comiendose su roscón. Eso sí nos hizo que le preparáramos un tazón de chocolate y lo dejaramos junto a la puerta para que el rey lo visitara... Afortunadamente su deseo se hizo realidad pues el rey vino y los sorprendió gratamente.

Esa noche no debe faltar en ninguna casa un buen Roscón de Reyes pues hace que afloren las ilusiones de pequeños y no tan pequeños.

Y vosotros escribisteis carta a sus majestades de Oriente? No importa, yo os digo que con tener buenas intenciones ellos, que son magos, os premiarán.

Espero que os haya gustado!

Un beso. Mª José.

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